En general, se suele plantar en un lugar provisional para la germinación, como por ejemplo y para ello nada mejor que un vaso de papel que permita a la raíz crecer al menos unos 2,5 cm. en profundidad, ya que será muy fácil cortar el vaso y extraer la tierra como un bloque compacto.
Durante el trasplante las plantas quedan notablemente expuestas a una serie de riesgos, así que habrá que tomar algunas precauciones:
La primera hacerlo en un día nublado o al caer la tarde de forma que las raíces no se vean muy expuestas a la luz. se procurará que el nuevo terreno sea lo más parecido al anterior; se saca la planta delicadamente con la tierra como un bloque compacto y se coloca en un agujero previamente practicado en el nuevo terreno recipiente, sea el suelo o la maceta. se procurará también no tocar el tallo, sosteniéndolo lo más cerca posible del nivel de tierra, y sin tocar nunca las raicillas ni las hojas.
Al depositar el bloque de tierra en el agujero se procurará enfocar la planta hacia la luz para no obligarla a un brusco movimiento fototrópico -de búsqueda de luz- que podría perjudicar el arraigamiento. el agujero debe ser lo bastante profundo como para permitir a la joven raíz extenderse en toda su longitud, pues seguramente habrá quedado algo comprimida en su lugar provisional. el terreno se reordenará de forma que el tallo quede a la misma altura del suelo que tenia anteriormente; acumular demasiada tierra alrededor del tallo puede ser peligroso. regar al finalizar la operación, a fin de facilitar la adaptación al nuevo terreno. |